Ya sea en la escuela o con la familia, algunos niños presentan dificultades para relacionarse, entablar amistades y mantenerlas. Lo primero que recomiendan los especialistas en estos casos es no etiquetarlo como “tímido” o como que “prefiere estar solo”. Tampoco hay que forzar las cosas y obligarlo, pero sí generar un entorno propicio en el que pueda ir descubriendo su propia interacción con otros. Aquí algunas sugerencias.
El parque, las fiestas de cumpleaños y reuniones familiares donde pueda encontrarse con niños de su edad son un buen escenario para comenzar.
Las actividades escolares en equipo, cursos y deportes de conjunto son espacios donde puede encontrar afinidad con algún compañero, en cuyo caso habrá que favorecer encuentros continuos.
Conviene también enseñarle habilidades básicas de relación, practicando la conversación, la cortesía, formulando preguntas de interés y proponiendo juegos. Es importante elogiar los intentos de socialización que realice.
Finalmente, es importante ayudarle a comprender que no siempre las personas querrán una amistad o corresponderán a sus intentos de relación. Debe saber que establecer una amistad lleva tiempo, pero a veces la otra persona simplemente no está interesada y también eso es válido.
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