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Enseñar, paso a paso, buenos hábitos de estudio

Nadie dijo que criar a un adolescente fuera fácil y educarlo es un reto aún mayor. Los padres están asumiendo mucha de la responsabilidad escolar y hay que admitir que las cosas son distintas a como solían ser. ¿Cómo se supone que los padres sepan manejar la carga de tareas sin alguna guía? Tomemos por […]

Autor: UNOi

Fecha: 15 de enero de 2016

Nadie dijo que criar a un adolescente fuera fácil y educarlo es un reto aún mayor. Los padres están asumiendo mucha de la responsabilidad escolar y hay que admitir que las cosas son distintas a como solían ser. ¿Cómo se supone que los padres sepan manejar la carga de tareas sin alguna guía?

Tomemos por ejemplo el estudio. Si es usted padre de un alumno que forcejea o se resiste, es probable que haya escuchado que más de uno le sugiera: “Sólo necesita estudiar más”. La mayoría de los chicos creen que esto significa llenar una guía de estudio o releer un capítulo. Pero muchos no aprenden leyendo o escribiendo. Sus fortalezas residen en el campo de lo visual, kinestésico, musical o social.  ¿Cómo, entonces, vamos a ayudar a nuestros hijos a desarrollar sus habilidades de estudio?

La tarea no tiene por qué desalentar. De hecho, puede ser sencilla y efectiva.

Para comenzar

Averigüe cuándo serán los exámenes. Use el sitio web de la escuela, correo electrónico, planeadores, etc., para ayudar a su hijo a determinar con precisión una forma efectiva de poner los exámenes en el calendario.

Establezca una meta. Determine con su hijo cuántos días de estudio necesita. Fije la meta con base en dos sesiones por día que duren 7 minutos si va en primero de secundaria, 8 si está en segundo y hasta 12 si va en tercero de prepa.

Determine el material de estudio. Notas, guías de estudio, hojas de trabajo o cuestionarios del capítulo o unidad son buenas opciones. Los libros de texto son fácilmente accesibles, aunque el material de estudio a partir de ellos puede ser difícil de identificar.

Preguntas y respuestas. Haga que el chico formule sus propias preguntas y respuestas. Si él está dispuesto, usted puede participar y hacer las preguntas. Si agota el material antes de que concluya el tiempo, comience de nuevo.

Repita antes de acostarse. Reserve un tiempo igual para repetir el ejercicio completo antes de ir a la cama. Si hacemos cuentas, un alumno de tercero de secundaria estudiará 18 minutos cada día, sumando 90 minutos en cinco días, sin apenas notarlo.

 

Estrategias de estudio paso a paso

Pero, ¿es la estrategia de pregunta-respuesta la mejor forma de estudiar? No hay un método que funcione para todos, ya que cada niño tiene un conjunto diferente de fortalezas y preferencias cuando se trata de internalizar la información. Aquí proponemos otras formas de emplear el tiempo de estudio:

  1. Tarjetas de aprendizaje. Convierta las preguntas y respuestas en usando ambas caras de de las tarjetas y haga que el chico las responda. El simple acto de darles la vuelta y apilarlas en “Dominadas” y “Por dominar” podría ser suficiente para mantener en movimiento a un niño activo. A algunos les motiva tomar el tiempo.
  2. Categorías. Use las tarjetas para organizar la información en categorías; colóquelas en algún orden, o agrúpelas en pares. La idea es organizarlas de modo diferente cada vez a fin de que el estudiante puede hacer en su cerebro más de una conexión con la información.
  3. Combinación de palabras. A quienes les gusta el lenguaje no tienen problemas para crear oraciones con el vocabulario. Si el examen está cargado de vocabulario, comienmce por escribir o enunciar las oraciones incluyendo una palabra en cada oración, para luego incorporar dos, después tres, etc.
  4. Letras de canciones. A un adolescente con inclimnación musical o rítmica, pídale que tome la letra de su cancón favorita y la reescriba incluyendo tanta de la información requerida como pueda. Esto puede tomar varias sesiones, pero una vez hecho, podrá cantarla una y otra vez.
  5. Notas en imágenes. Si el adolescente es más del tipo visual, haga que dibuje imágenes de sus notas sobre tarjetas, papel o pizarrón y que luego las describa.
  6. Argumentación. Muchpos adolescentes tienen habilidades sociales. Si es el caso del suyo, haga que repase las tarjetas de aprendizaje o la guía de estudio y explique cada aspecto con tanto detalle como pueda sin leer la información impresa.
  7. Paseo de imágenes. Haga que use las imágenes del libro de texto, texto en línea, hojas de trabajo o notas, para explicar la información ya sea en forma oral o escrita, según lo prefiera.
  8. Uso de nemotecnia. Haga que cree rimas o dichos que le ayuden a recordar la información. Crear acrónimos u oraciones con las primeras letras de las palabras puede también ser divertido para auqllos que les gusta jugar con el lenguaje.
  9. Visualización oral. Lea una parte de las notas u hoja de trabajo y haga que el estudiante describa en forma visual lo que le viene a la mente.
  10. Charla en perspectiva. Hable o escriba acerca del material, pretendiendo ser alguien o algo distinto.
  11. Carta al superhéroe. Si el adolescente tiene habilidad con las palabras, haga que escriba una carta a un superhéroe que explique el material y el porqué esa información debería ser importante.

En última instancia, el estudio se presenta en muy diversas formas y resulta importante ayudar al adolescente a descubrir que es lo que le va a funcionar. Cualesquiera que sean sus fortalezas o su nivel de confort, comience por ahí. Hágalo breve, sencillo e indoloro. Y observe lo que sucede cuando el estudiar se vuelve una rutina familiar, y cuando los estudiantes ven el fruto de sus esfuerzos.

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El artículo original de Heather Lambert puede leerse aquí. Traducción UNOiNews.