“Esto No Existe En Ningún Lado Del Mundo”: Doberti | Unoi - UNOi Internacional
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“Esto No Existe En Ningún Lado Del Mundo”: Doberti | Unoi

La semana pasada estuvo en México el director de UNO Internacional, Pablo Doberti; su décima visita en diez meses, en lo que él describe esencialmente en dos puntos: “llevar y traer… poner en sintonía a los equipos de Brasil y México y, mantener el contacto con los colegios”. Luego de dos días intensos en que […]

Autor: UNOi

Fecha: 30 de octubre de 2014

Pablo Doberti - entrevista

La semana pasada estuvo en México el director de UNO Internacional, Pablo Doberti; su décima visita en diez meses, en lo que él describe esencialmente en dos puntos: “llevar y traer… poner en sintonía a los equipos de Brasil y México y, mantener el contacto con los colegios”.

Luego de dos días intensos en que Doberti sostuvo reuniones con directivos de UNOi y visitó dos escuelas, una en Zamora, Michoacán, donde corroboró una implementación exitosa del sistema y otra en el Distrito Federal, donde condujo una asamblea con 350 alumnos para decidir su cultura ecológica, UnoNews pudo conversar con él en el aeropuerto, antes de su retorno a Sao Paulo, sobre el escenario actual de UNOi y sus perspectivas inmediatas. Compartimos aquí la entrevista:

UnoNews: ¿Dónde está UNOi en este momento?

Pablo Doberti: Después de cuatro años de trabajo, hoy tenemos dos operaciones –por darle un nombre–, bastante acertadas; una en Brasil y una en México: ambas nos muestran algunas cosas que nos han permitido aprender bastante. Una es que avanzan las relaciones al interior de las escuelas, avanzan las relaciones entre las escuelas, y avanzan las relaciones entre las escuelas de los países. Por lo tanto, estamos verificando un modelo muy ambicioso, que era crear la red inteligente y solidaria para enfrentar los desafíos conceptuales y operativos de hacer una educación distinta, nueva, que enfrente los problemas o los desafíos, decíamos hace un momento, y creo que está bien dicho. Esas hipótesis se han verificado: hoy tenemos muchos maestros, muchos directivos, muchas instituciones que se sienten cómodos con la decisión de estar integrando esa red. Se han demostrado niveles de lealtad de las escuelas. En México, el año pasado han terminado contrato la primera generación de escuelas UNO Internacional y han renovado sus votos por la red y por el trabajo con UNO más del 80 por ciento de las escuelas. Por tanto demuestra que vale la pena… es un momento en donde se revisa la decisión, se confirma la decisión de manera bastante importante. Desde ese punto de vista yo creo que tenemos que estar satisfechos y estamos satisfechos, tanto nosotros como las escuelas.

UN: ¿Qué ha ocurrido en este periodo?

PD: Desde el punto de vista de la experiencia dentro del aula, la experiencia dentro de la institución, yo creo que tres años, o dos, o uno, dependiendo de cada escuela –tres, en los casos que más–, las experiencias aún muestran que en tres años se pueden lograr algunas cosas y otras no. ¿Qué cosas se logran y cuáles no? Yo diría que la implantación digital; la vida razonable digital y la posibilidad de ser más ambiciosos digitalmente –en actitud– y creer que podemos, tanto las escuelas como nosotros, eso se ha logrado en tres años y es suficiente, en algunos casos en dos. Madura la vida digital dentro de las instituciones; madura bien. Madura la vida digital dentro de UNO, que ha mejorado su propuesta, que ha desarrollado más contenidos; hemos estabilizado la relación con Apple; hemos crecido en la relación con Apple; hemos ratificado la apuesta en el IPad; en fin, una serie de cosas que muestran que eso va.

Creo que el inglés en Brasil, que es otro grande desafío, no tanto en México porque está más maduro, pero Brasil va avanzando bien; UNO Internacional es la primera propuesta serie y orgánica y agresiva –digámoslo así- de volver a la escuela brasileña razonablemente bilingüe; es decir, que asuma la responsabilidad de enseñar inglés para sus alumnos de manera orgánica.

El proceso que llamamos de formación, de construir una red de coaches tanto en Brasil como en Méxicox, dejar esa red homogénea, convertirla en más o menos homogénea; rutinas de visitas a la escuelas quedan armadas; que las escuelas crean que vamos a ser sistemáticos y constantes. Eso se ha hecho bastante bien; no hay una sola escuela de la red que crea que la vamos a abandonar; y, el coach ha tenido una rutina, sabe a lo que va, aprendió ahí, aprendió a ir a las instituciones a conocer las instituciones. Después hay mucho por hacer,  pero hemos avanzado mucho también. Y, en ese sentido, la experiencia de esta mañana en el Simón Bolívar del Pedregal fue una muestra de ello; hay una coach trabajando, un proceso que avanza, que madura; que la escuela comienza a tomar riesgos que antes no tomaba, sintiéndose respaldada por UNO; como hacer una asamblea para 350 alumnos, en la que UNO tuvo un papel muy importante.

En cuanto al proceso de evaluación –el otro plano de actuación–, hemos tenido un diseño original bueno, aunque aún le falta evolucionar en cuanto a la relación de las evaluaciones con el trabajo del día a día, con la propuesta de los materiales que todavía no es suficientemente imbricada, falta ahí costuramiento, integración, sistematización. Pero, en fin, yo creo que la propuesta está bien, que la maduración está bien.

UN: ¿Cuáles son las expectativas?

PD: En Brasil este año estamos creciendo mucho, estamos incorporando cerca de 40 mil alumnos nuevos a la red; lo cual muestra que la propuesta es vital, hace sentido para un colegio que la escucha por primera vez, marca una diferencia con el resto de las propuestas que reciben las escuelas; perciben valor y están dispuestos para pagar por el valor; eso le da mucha energía a UNO, que se ve fortalecido financiera y políticamente por la apuesta de escuelas nuevas. Entonces,  ya empezamos a tener una escala que nos permite pensar y ser ambiciosos en que vamos a contar con recursos para pensar más en grande. ¿Qué quiere decir pensar en grande? Básicamente tres o cuatro agendas: gestionar esa red de manera más ambiciosa; tener más actividades de red, más integración entre las escuelas, hacer más cosas entre ellas; ser más agresivos en términos de propuesta de contenidos y de materiales, sobre todo digitales, invertir en eso y, luego tener dinero para pensar la relación entre tecnología y educación: qué quiere decir la impresora 3D, que quieren decir las grandes de tecnología, qué quiere decir Facebook, qué quiere decir Google, que quiere decir Wikipedia y cómo todo eso entra en nuestra propuesta;  Lego, robótica, emprendedurismo, educación financiera; todas esas cosas que tenemos en nuestra agenda, vamos a tener recursos para poder encararla, porque el modelo está vital, la red está vital, la comunidad está vital y crece.

UN: ¿Cuáles son los retos?

PD: Yo creo que de acá a dos años UNO tiene que plantearse nuevos grandes desafíos; creo que han madurado los grandes desafíos originales –que eran muy ambiciosos– pero que ya tenemos un nivel de madurez sobre aquellos primeros que toca volver a poner una carta de ambición nueva; y esa tiene que ver con la escala, tiene que ver con la madurez del proceso de transformación de sala de aula, el proceso pedagógico de la sala de aula, donde hemos avanzado mucho más en el debate que en la implantación. El último congreso de Panamá fue una prueba de eso. Pero tenemos que ser más ambiciosos en lograrlo, en tener casos de éxito, casos de fracaso que nos enseñan y tener una escuela más nueva desde el punto pedagógico y desde el punto de vista de las dinámicas de trabajo en la sala de clases.

UN: en Panamá se habló de la nueva escuela, de la escuela del futuro. Hay estudios recientes que dicen que la educación del futuro debe centrarse más en aspectos de la parte socioemocional, en desarrollar habilidades socioemocionales. ¿Qué tiene UNO en ese camino?

PD: Yo creo que lo que UNO planteó desde el principio, es que una educación sólo de contenidos, sólo de información –llamémoslo así–, no alcanza; y una formación sólo cognitiva, no alcanza, sino que es necesario desarrollar otro tipo de habilidades o de competencias para poder constituir un perfil de ciudadano, de ser humano, como el que nos imaginamos de aquí para el futuro. Desde el principio nosotros consideramos lo que nosotros llamamos habilidades emocionales o las competencias emocionales dentro de nuestros objetivos y ahí entraron nuestros programas de desarrollo y de evaluación de esas habilidades. Así que están en nuestro plan de origen; yo creo que hemos enseñado a las escuelas a identificarlas, a medirlas; no estoy tan seguro de que las estemos trabajando suficientemente a fondo; creo que podemos hacer más en eso. Creo que podemos lograr una escuela que tenga más énfasis todavía en lo que estábamos llamando las habilidades socioemocionales. Creo que tiene que crecer en la planificación escolar el tiempo dedicado a eso; las habilidades docentes para desarrollar esas habilidades; tiene que ver con liderazgo, con capacidad de emprendimiento, con sustentabilidad, con cosas que estamos generando programas encima de la malla curricular, que atiendan eso problemas y desarrollen esos problemas; y la formación docente va en ese sentido. Está en el plan, hemos avanzado en ese sentido y creo que tenemos buenas perspectivas de acá para adelante.

UN: ¿Qué hay de las implementaciones de UNO en Colombia, Guatemala y Ecuador?

En Colombia tenemos una ecuación de baja cantidad y alta intensidad. Pocas escuelas pero con una adherencia al proyecto fenomenal. Pero la escala nos está trayendo algunos problemas de operación. Y no parece fácil darle a nuestra actividad en Colombia una escala suficiente para poderles dar los recursos suficientes para realmente desarrollar allá un UNO poderoso, orgánico y profundo como estamos desarrollando en México o en Brasil. Entonces, estamos a medio camino de escala y ese medio camino es incómodo desde el punto de vista de algunos desarrollos y de algunas realizaciones que tenemos que hacer en Colombia. Guatemala y Ecuador han quedado como experiencias piloto. No hemos desarrollado  esas experiencias. Nos han enseñado qué quiere decir UNO en un país pequeño. La estructura disponible nos obligó a enfocarnos en los desarrollos de los países grandes.

En el corto plazo los planes son robustecer México, robustecer Brasil y hacer que Colombia llegue a una escala que nos sea funcional y útil. Pero no tenemos proyectos de abrir ahora otros países, hasta que estos tres tengan un nivel de madurez suficientemente poderosa. No tenemos suficientes equipos, porque los equipos llevan mucho tiempo; la gente que tiene que estar muy capacitada para multiplicar en tantos lugares.

UN: En la parte académica, ¿en qué mejora UNO los programas oficiales?

PD: Los programas oficiales son una referencia en los dos países. No son una propuesta, son una referencia. En México existe el libro SEP, que ya es una propuesta encima de la referencia. En Brasil no existe el libro SEP. Aún así, los currículos son para nosotros la referencia, la estructuración de nuestros contenidos. Pero luego, encima de eso, cada propuesta editorial tiene una interpretación de los programas curriculares o de las decisiones curriculares y tiene un desarrollo, un curso de acción didáctico sobre los programas. Yo creo que la propuesta de UNO es cada vez más audaz y ambiciosa en términos pedagógicos y metodológicos por sobre la propuesta curricular; es decir, no dejamos de leer la propuesta curricular, pero estamos cada vez más creativos pedagógicamente y más ambiciosos pedagógicamente encima de esa propuesta. Y la otra línea muy ambiciosa es que cada vez somos más digitales en eso. Y en Brasil, más que México. Encima de la propuesta curricular estamos creando cada vez más programas transversales. Voy a nombrar cuatro: sustentabilidad, que es un programa no seriado –no seriado quiere decir que no tiene una correlación directa por año escolar y además no  es curricular–, pero integra varios de los puntos curriculares con un objetivo que desarrolla actitud sustentable, no contenido curricular especifico, de disciplina específica. Otro programa –Panorama 360–, que estamos desarrollando en Brasil y esperamos traer a México en su versión mexicana, es un proyecto de integración disciplinar en secundaria, donde en lugar de entrar por disciplina se entra por temas y, una vez que uno entra por el tema, ese tema integra disciplinas. Por ejemplo, los códigos, las ciudades, la energía. Entones, el contenido que es todo digital se le puede recorrer temáticamente o se le puede recorrer disciplinarmente y se hace un juego de vinculaciones que lo hace mucho más rico y pone a trabajar a los distintos profesores de las distintas disciplinas en un solo proyecto integrado.

En Brasil hay un programa absolutamente temático, que es África. Una problemática bastante brasileña: la cultura africana en su relación con la cultura brasileña. Y, en México, hay uno que es RAM (Renovada Actitud hacia las Matemáticas), que es un programa que corre encima del programa curricular y que enfrenta el problema de la actitud matemática, más allá del contenido matemático. En fin, vamos desarrollando varios programas que no son estrictamente curriculares, pero que conversan con lo curricular, pero que a su vez hacen un esfuerzo de lectura más integradora y más significativa para los problemas de los alumnos o de las escuelas.

UN: ¿Qué valor agregado ofrece UNO al estudiante?

PD: Yo creo que hay dos o tres valores agregados para el estudiante. El primero es mostrar al estudiante que hacemos un trabajo sistemático y esforzado con su escuela para meter a toda esa comunidad en una tensión de transformación, una voluntad decida de transformarse y de repensar sus propias prácticas; y eso afecta al alumno positivamente. Hoy lo vimos en el Simón Bolívar, otra vez; una escuela con una tradición muy larga; no es el ambiente que uno esperaría de innovación; sin embargo, el director diciendo esta escuela tiene que hacer punta en la innovación, estamos decididos a innovar, arriesgar para generar espacios nuevos: Claro, eso no es sólo de UNO, la congregación Lasallista está trabajando en eso, pero UNO articula con eso, potencia la voluntad del colegio para entrarle a eso con decisión. Eso es un gran marco de referencia para que el alumno que estudia en ese colegio sienta que su institución está viva y no muerta. Y, por otro lado, lo que estamos haciendo también con el alumno, tratar de generar ambientes mucho más empáticos, que generan mucho más continuidad con sus propios intereses, referentes culturales, tipos actitudinales, niveles atencionales. Y ahí, la tecnología juega un papel muy importante, es decir, que se reconozca en la escuela, porque la escuela tiene que ver con lo que su vida, sus maneras y sus prácticas y sus lógicas, cognitivas y no cognitivas, se reconocen en la escuela y la escuela las acepta como parte de su propio lenguaje de comunicación con los alumnos.

UN: ¿Cómo percibes el avance de la transformación en las escuelas?

PD: Yo creo que si por transformación se entiende la materializaciones eficientes de la transformación, aún poco. Si por transformación se entiende la voluntad y la conciencia de transformación, muchísimo. Y sin una no hay la otra. Yo creo que la gran mayoría de las casi mil escuelas que tiene UNO hoy están adecuada y estructuralmente problematizadas respecto de cómo se educa en nuestros días, o cómo se educa hoy para el futuro. Esa problematización, que yo le llamo tensión de transformación, está implantada eficientemente en la gran mayoría de las escuelas y en la gran mayoría de sus directores. Y UNO no es el único responsable, pero ha hecho un trabajo muy intenso, muy sistemático para que eso suceda.

Ahora, ¿esa tensión de transformación se ha convertido en planes de trabajo, de estudio, programas totalmente maduros de gestión nueva?, no, todavía no. Y eso se vio claramente en Panamá. Todavía estamos construyendo eso, pero hemos salido de la zona de confort; hemos implantado el diagnóstico de fracaso, hemos implantado el diagnóstico de necesidad de transformación y hemos implantado la necesidad de construir la transformación y no esperar que venga después. y todo eso pasa en las escuelas, lo ves, lo escuchas.

UN: ¿Cómo fue tu visita en esta ocasión a México?

PD:  Vine a México este año una vez por mes. Y vengo porque tengo un especial interés en hacer dos cosas: conectar el trabajo mexicano con el brasileño, llevar y traer, poner a los dos equipos en sintonía, tanto temática como actitudinal; tratar de que ambos equipos se vean incentivados, desafiados y motivados por lo que se hace en otro lado. Esta vez fue una agenda más ligada al desarrollo de nuevos colegios en México, y por otro lado, mantener contacto con las escuelas. Como bien sabes, ayer estuve en Zamora en la Comunidad Educativa Cumbres y hoy estuvimos en la mañana en el Simón Bolívar. El 70%  de mi agenda estuvo dedicada a relacionarme con las escuelas y el otro 30 para trabajar internamente con los equipos. Lo que me interesó fue darle continuidad y rutina a ese trabajo de interacción que creo que es parte de mi responsabilidad: que ninguna de las dos cabeceras se sienta ni más protagonista ni más abandonada que la otra.

UN: ¿Cómo resumirías el rumbo del proyecto?

PD: Sigo creyendo que UNO es una revolución en el mundo de la educación en América Latina; sigo creyendo que tenemos algunas ideas absolutamente nuevas para el mundo de las empresas educativas y nuevas incluso para Santillana. Y que eso nuevo, bien percibido, genera mucha adrenalina, mucha empatía, mucha emoción, muchas ganas de hacer cosas. Fácil no es. Para nada. Ni hacia las escuelas ni hacia el interno de Santillana. Si yo hace cuatro años creía que esto podía valer la pena, hoy creo absolutamente que vale la pena. Que lo que hacemos en UNO no lo hace nadie. Y no lo digo con ninguna arrogancia pero sí con toda decisión. Edgar Allan Poe decía, cuando escribió un texto científico, lo terminaba: ‘Y lo digo con calma pero lo digo’. Y yo también de UNO diría eso: lo digo con calma pero lo digo, esto no existe en ningún lado del mundo.

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