Jóvenes estudiantes de primero de secundaria del Colegio Herbart de Morelia, desarrollaron un prototipo para la captación de agua de lluvia que resolverá el problema de abastecimiento del vital líquido. Los estudiantes, trabajaron dentro de la cultura maker que UNOi propone en su esquema educativo y, aún más, han llevado su labor al nivel de cambiar efectivamente, la vida de personas de su comunidad.
La maestra Vianey Pérez, quien estuvo a cargo del proyecto, afirma lo siguiente: “La tarea desarrollada por los estudiantes ha cambiado nuestra vida. Nunca pensamos que un grupo de adolescentes de entre 12 y 13 años, pudiera cambiar la historia de personas en condiciones de mucha necesidad”.
En voz de los alumnos, su proyecto “promueve una cultura de cuidado y armonía con el agua, mediante un sistema de captación de lluvia para resolver la crisis de escasez del vital líquido”.
“El sistema – agregan- capta las aguas de lluvia y separa los contaminantes mediante un dispositivo que resulta barato y de muy fácil instalación”. Los estudiantes se basaron en un proyecto desarrollado por el inventor Enrique Ramos, y produjeron el prototipo que separa el agua sucia de la limpia a través de filtros de carbón activo, arena y grava, que atrapan las impurezas que arrastra el líquido al caer en las azoteas de las viviendas.
La maestra Vianey Pérez, titular de la cátedra de español, explica que todo empezó a través de diversas materias, ya que los alumnos entraron en conocimiento de la crisis hídrica que enfrenta el mundo.
Así por ejemplo, explica, en la clase de biología aprendieron lo que es el proceso de filtración, en geografía entendieron la crisis que el mundo enfrenta por la falta de agua para consumo humano, formación cívica y ética les enseñó las ventajas del trabajo en equipo, y en español practicaron las entrevistas con personas que ya padecen la escasez de agua.
Este último caso, señala, fue definitivo, porque después de tocar infructuosamente muchas puertas, llegaron a encontrar a un niño que vive el problema, les abrió las puertas de su casa, y también las de su corazón.
Con este estímulo, informa la maestra, los estudiantes trabajaron arduamente durante tres meses, asesorándose de ingenieros y arquitectos, para desarrollar el prototipo; recolectaron ellos mismos veinte mil pesos, llevaron ropa, comida y juguetes a su nuevo amigo y filmaron todo su quehacer.
Ahora, concluye la maestra, el proyecto es mucho más grande. Los estudiantes se han echado a cuestas la tarea de recolectar el suficiente dinero no solamente para construir el sistema de captación de lluvia, sino para construir una nueva casa para su amigo, de nombre Tadeo.
Visiblemente emocionada, miss Vianey afirma con énfasis: “No solamente un examen nos indica las capacidades de un alumno; nuestros chicos demostraron que el amor, la pasión, la entrega y el trabajo colaborativo, producen el verdadero aprendizaje, el cual nos lleva a convertir sueños en hermosas realidades. El verdadero gran aprendizaje nos lo llevamos los maestros, al ver que si permitimos que nuestros alumnos nos sorprendan, grandes cosas pueden ocurrir”.
El resultado de este ejercicio del Colegio Herbart de Morelia, es una confirmación fehaciente de que la cultura maker (hágalo usted mismo) que utiliza UNOi, no solamente es efectiva, sino que crea jóvenes capaces de enfrentar y resolver prácticamente los problemas que les planteará el mundo que deben vivir.
“Seamos –dice la maestra Vianey Pérez- los que les permitamos el vuelo y no los que les cortemos las alas”.