Exámenes y tareas, ¿cómo, cuándo y para qué? - UNOi Internacional
Necesito ayuda
Quiero más información

Exámenes y tareas, ¿cómo, cuándo y para qué?

Un tema que en los últimos tiempos ha sido motivo de debate y posiciones encontradas entre directivos escolares, padres de familia, profesores y los propios alumnos es el de las tareas y los exámenes, su utilidad y oportunidad. Para hablar al respecto, en la pasada emisión de Educación XXI por W-Radio, Sissi Cancino, a nombre […]

Autor: UNOi

Fecha: 30 de enero de 2017

Un tema que en los últimos tiempos ha sido motivo de debate y posiciones encontradas entre directivos escolares, padres de familia, profesores y los propios alumnos es el de las tareas y los exámenes, su utilidad y oportunidad.

Para hablar al respecto, en la pasada emisión de Educación XXI por W-Radio, Sissi Cancino, a nombre del titular, Leonardo Kourchenko, recibió como invitados a Claudia Rojo. Directora del Colegio Europeo de México Robert Schuman; Mayela Velázquez Luna, Directora del Colegio Euro Texcoco; y, Pedro Landaverde, consultor educativo.

Comenzando por el tema de los exámenes, Mayela señaló la importancia de definir en qué etapa del desarrollo podemos utilizarlos y para qué. Claudia, por su parte, comentó su experiencia de quitar los exámenes y, para su sorpresa, a los chicos no les gustó porque de algún modo les ofrecía un modo de recuperarse para una mejor calificación en la boleta. Esto, porque ahora la evaluación abarca además aspectos como participación, tarea, compromiso, etc. Señaló que hay quienes prefieren estudiar tres horas antes del examen, que llevar tareas o hacer trabajo en equipo. Agregó que también para los maestros significa un reto, porque deben observar uno por uno. Es un proceso y estamos aprendiendo, pero no hay marcha atrás. Tenemos que evaluarnos como seres integrales, no por lo que aprendí hace dos horas.

Pedro se declaró enemigo de los exámenes; no en sí mismos, sino por la forma en que lo hemos interpretado. PISA tiene que ser referencial, afirmó. De alguna manera nos tenemos que evaluar pero no tiene que ser determinante. Se dijo también enemigo de la estandarización. Si hemos hablado de que cada quien aprenda a su ritmo y a su tiempo, las fechas de examen no tienen sentido.

Mayela señaló que mientras el examen de PISA sea escrito, hay un punto débil, porque no todos pueden responderlo así. Por otra parte, dijo, lo que estamos midiendo es la capacidad de memorización.

Pedro recordó que un director le comentó que muchos alumnos reprueban porque ni siquiera entienden las preguntas. Para un examen tenemos que entender cómo se elaboró, qué contexto, qué vocabulario usamos. Al respecto, Claudia opinó que la lectura es una habilidad indispensable para resolver un examen, la comprensión lectora.

La evaluación –consideró Sissi–, es fundamental. Si no la hacemos no sabemos dónde estamos ni a dónde vamos. Hoy cada día más se evalúa no solo el desempeño académico o el resultado memorístico que consiguieron. No te dice si aprendiste o no.  Lo que debemos hacer es adecuar los métodos de evaluación al cambio educativo que vivimos hoy.

Nerviosismo, miedo e inseguridad fueron las respuestas que obtuvo Pedro de la mesa cuando les preguntó qué sentían ante el anuncio de un examen. A lo anterior Mayela agregó la presión que ejercen los papás tanto sobre los hijos como sobre sus maestros. Como mediciones falsas, recordó que no hace mucho medían hasta las dimensiones físicas del cerebro. Aseguró que no estamos aprendiendo a hacer exámenes ad hoc a cada alumno y queremos medirlos a todos por igual. Mayela celebró el que Howard Gardner estableciera que todos tenemos inteligencia y rechazó la relación que hacen los papas con las calificaciones: si son buenas, la escuela también lo es; si no, no. También hay que ver cómo medir al maestro para ver que tan bueno fue para que se lograran los contenidos, las habilidades que se esperan de los chicos.

Sissi planteó lo siguiente: yo mamá, sé que la educación está cambiando, que existen inteligencias múltiples, que cada niño aprende a su ritmo y que aprende mejor donde tiene ciertas fortalezas cognitivas; pero, me llega la calificación y a mi hijo no le va bien. ¿Quién me convence de que no es importante? Creo, dijo, que la relación con la escuela es de alianza y que a ésta el número le sirve para sentar estrategias y ayudar. El papá, más que fijarse en el numerito puede fijarse en lo que el niño sabe: si es capaz de resolver problemas, si habla con confianza de un tema, si explica, si pregunta.

Precisó Claudia que el número también sirve a las universidades para establecer un filtro de selección, por lo que es importante, aunque no garantice una carrera.

Mayela coincidió con Pedro en las bondades de la autoevaluación, a la que agregó la coevaluación y la intervaluación, que están ganando terreno en las escuelas. Creo, dijo, que el punto es llegar a calificar habilidades. Hacia alá vamos. Los papás no hemos acabado de entender la escuela: van a socializar, a aprender a trabajar en equipo, con el más grande, con el más pequeño, con el que le gusta, con el que no.

Para cerrar el tema, Sissi recapituló señalando que evaluar es fundamental para el reconocimiento personal del alumno, para que sepa cuál es su evolución y, para que el colegio establezca objetivos y hojas de ruta con una visión más integral. Además, ante la SEP, el número seguirá siendo obligatorio.

Pasando al punto de las tareas, Mayela destacó otra idea errónea de los papás, que creen que entre más tareas mejor es la escuela.

Subrayó Sissi que es un gran reto enseñar a los alumnos a usar la información disponible en Internet y recordó una nota amarillista donde se decía que la ONU declaraba que las tareas afectaban psicológica o emocionalmente a los niños. La nota era falsa.

Agregó que muchos colegios tienen una política de no tareas y otros las mantienen; hay padres que están a favor y otros en contra. Se declaró a favor de las tareas significativas y en contra de las que consisten en rellenar planas o ejercicios de tal a cual página. Pedro se sumó a favor de las tareas con sentido, que no ocupen toda la tarde y que no la hagan los papás. Una tarea –complementó Sissi–, que no necesariamente sea sentarte a llenar hojas, sino que te invite a salir, más orientada a una reflexión.

Claudia recordó que en los libros de la SEP hay una tarea que envía a los niños a la tiendita a comparar precios, pero hay contextos en que no todos los niños pueden hacerlo. Objetó la ayuda de la mamá, pues impide al maestro saber cuánto sabe el niño. Sissi, dijo que se vale no saber y es preferible que lleve alguna pregunta sin responder.

Entre otras características, dijo Mayela, la tarea debe tener relación con lo visto en clase, o que sirva para preparar un tema para el día siguiente, como sucede en el aula invertida. Debe tener una dosis de emoción y de participación, que se sientan involucrados.

Pedro apuntó que revisar la tarea en el aula también consume tiempo que podría emplearse en avanzar en otros temas.

De acuerdo a un estudio de tiempos a dedicar a la tarea, Claudia dijo que se recomienda 10 minutos por grado desde primero de primaria. Así, al primero de secundaria le corresponden 70 minutos, que no es mucho, considerando que llevan distintas materias.

Sissi estuvo de acuerdo en no hacerles la tarea y tampoco tener los papás una actividad recreativa mientras ellos se dedican a su obligación.

En los comentarios finales, Pedro dijo sí a las tareas, pero bien dirigidas y sí a los exámenes, pero no estandarizados. Claudia propuso exámenes a manera de evaluación integral y tareas con sentido. Mayela aceptó tareas motivadoras, reflexivas y con tendencia desarrollar hábitos de lectura y, evaluación de habilidades de los chicos. Por último, Sissi estuvo de acuerdo con tareas que fomenten responsabilidad, y que no las hagan si no saben cómo. Dijo no a los exámenes, pero sí a evaluaciones que hagan un perfil de diagnóstico.

___________________________________

El audio del programa completo puede escucharse aquí.