En su columna de esta semana, Pablo Doberti se vale de una metafórica propuesta de un viaje a la luna que resulta del todo incomprendida, no porque la idea no sea atrayente, sino porque el interlocutor carece de referencias que le permitan imaginar la invitación.
Nos medimos –pareciera sugerir Doberti– con parámetros terrenales que nos anclan a nuestro mundo conocido y nos impiden ver más allá del entorno que nos es familiar y confortable.
Algo similar ocurre con la escuela, cuando se le plantea acompañar un viaje en busca de nuevos horizontes.
El articulo completo puede leerse en: http://pijamasurf.com/2015/09/el-inversor-la-luna-no-me-interesa/
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