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Los rostros del bullying. Parte 3: el papel de los maestros

Por: Redacción UNOiNews/Jovel Álvarez Después de entender el rol de víctima y victimario en la cadena del bullying, es hora de entender un tercer elemento de gran importancia en este ciclo: los maestros. Más del 60% de las agresiones verbales y físicas en contra de los niños ocurre en el salón de clases, por lo […]

Autor: UNOi

Fecha: 12 de mayo de 2017

Por: Redacción UNOiNews/Jovel Álvarez

Después de entender el rol de víctima y victimario en la cadena del bullying, es hora de entender un tercer elemento de gran importancia en este ciclo: los maestros.

Más del 60% de las agresiones verbales y físicas en contra de los niños ocurre en el salón de clases, por lo que la intervención del docente en estos problemas resulta por demás indispensable.

Pero ¿cómo proceder?

Lo primero, como hemos establecido en otras ocasiones, es crear un entorno de respeto recíproco entre estudiantes y maestro. En el caso del ciclo del bullying, podemos predicar con el ejemplo de un buen trato a los alumnos, y este será un buen primer paso en pro de la armonía del grupo.

De lograr esto, los estudiantes que estén siendo víctimas de acoso por parte de algún compañero, podrán ver en el profesor un confidente ideal.

El uso de tecnología puede ser un aleado importante en la lucha contra el acoso estudiantil, pues por medio de películas, música, cortometrajes o series televisivas de carácter pedagógico, se pueden transmitir a los alumnos la cultura del encuentro y los valores de convivencia.

En caso de que el acoso hacia un alumno sea evidente, es importante intervenir con rapidez para que no se siga prodigando. La intervención del maestro debe darse con un tacto particular, de manera que no deje indefenso al agredido y más expuesto a futuras agresiones a causa de su mediación.

Es importante hablar con ambas partes en privado, pero al hablar con el victimario, hay que comprender el contexto del que proviene (regularmente hogares disfuncionales). Hay que encontrar el origen de su actitud y procurar una atención en el hogar adecuada a su conducta.

Es igualmente importante entablar comunicación directa con los padres de los niños implicados en el caso, pues en la mayoría de las ocasiones ellos no tienen idea del comportamiento de sus hijos en lo que al bullying se refiere.

El deber de los maestros ante el acoso estudiantil es mostrarse informados, participativos y conscientes de las graves consecuencias que puede acarrear el voltear la mirada y no tomar en peso los problemas de convivencia de los alumnos.