A solicitud de los radioescuchas de Educación XXI la emisión de este sábado, transmitida por W-Radio, se dedicó a responder en qué se manifiesta el cambio educativo en el aula y cómo se expresa. A cargo de la conducción, Leonardo Kourchenko dijo que “hablamos constantemente de cambio educativo, de transformación, de elementos en el proceso de enseñanza-aprendizaje, de un rol del maestro distinto, de una actitud del alumno diferente, de una planeación y estructura de la escuela, pero no hemos especificado qué es lo que pasa dentro del salón de clases…”.
Para hablar al respecto estuvieron como invitadas en cabina Laura Collazo, asesora académica de UNO Internacional; Araceli Pastrana, gerente de evaluación también en UNOi; y, la maestra Alejandra Peláez, docente de Kínder en el Colegio Europeo de México Robert Schuman.
Para ofrecer un marco sobre el cambio educativo, por vía telefónica desde Argentina el director del proceso de formación de UNOi, Alfredo Vota, comenzó por decir que “Generalmente en pedagogía siempre se habla mucho y se hace poco”. Señaló que el primer peligro es decir que el ideal no sirve o ha y que cambiarlo y nos quedamos con la realidad sana y crasa y eso hace perder proyecto a una idea. Y lo otro –dijo– es achicar el ideal, otorgando toda la importancia a la práctica. Agregó que entre esos dos polos hay que aprender a vivir un cambio sin perder los ideales y tratando de ajustar la realidad a ese ideal.
Fredy Subrayó que para cambiar hay que tener claro el rumbo del cambio: un cambio no se hace si no se sabe para qué y hacia dónde. Lo segundo es hacer que cada día nuestra práctica se acerque hacia ese ideal. Concedió que si lo que se está haciendo está bien no hay por qué cambiar, pero propuso partir de un diagnóstico y no guiarse por las percepciones; los indicadores cuantitativos, numéricos o de percepción cuantificada son los que van a marcar el rumbo del cambio.
Leonardo agradeció a Fredy su intervención y preguntó a la mesa como reaccionaban ante esto los maestros. Laura comentó que en cualquier proceso de cambio hay una resistencia; se tiende a ver todo lo negativo, a sobrevalorar lo que se tenía. “Te enfrentas a personas que te dicen que se vio obligada a cambiar, obligada a estudiar, que no tiene el tiempo o que ya no tiene la energía porque ha sido docente 25 o 40 años y le ha funcionado y no entiende por qué ahora todo tiene que ser diferente. A ellos, Laura les dice “que la vida nos da oportunidades maravillosas de crecer y de cambiar; que tenemos que ver el mundo que vamos a heredar, lo que está pasando actualmente en los países más desarrollados, que es hacia donde queremos crear alumnos que puedan competir… desde nuestro país”.
Entre varios elementos relativos al cambio en el aula Leonardo comenzó por el de la Interacción Constructiva y Araceli explicó que “es una estrategia que busca tomar en cuenta el saber, el sentir de todos los niños; lo principal es que cada uno hable y se tome en cuenta en el grupo… permite tanto al maestro conocer a cada uno de los niños como a éstos manifestar su ser, hacerse presentes en el aula en todo momento”.
Laura agregó que sí es un elemento de cambio, aunque no es fácil para el profesor por la costumbre de ejercer con el conocimiento desde la cátedra. “Cuando le pides que se haga a un lado y vamos a ver que sabe el alumno, te das cuenta de que sabe y construye, pero para ello el profesor tiene que ser sólo una guía… La Interacción Constructiva da al alumno, a todos sin excepción, poder expresar lo que saben y poder generar una sensación de éxito y dignificación en el alumno”.
Sobre su experiencia de aplicación en el kínder, Alejandra comentó que en su colegio llevan tres años con el sistema e implementando las estrategias. Reconoció que sí hubo temor a cambio pero el ponerlo en marcha permitió que los chicos se empoderaran con este proceso de aprendizaje, dándose la oportunidad de indagar, reflexionar y saber que su opinión es importante. Al cuestionamiento de Leonardo sobre si era adecuado para su edad, Alejandra dijo que hay una infinidad de problemas pertinentes que para los niños son importantes, desde por qué hace tanto frío hasta por qué se descompuso el coche de mi papá. Cosas que tiene que ver con su vida cotidiana y que ellos le dan aplicación a través de lo que aprenden. Observó que una parte importante que se emplea en el proceso es la expresión escrita, pero que aún en los de 1º de Kínder lo hacen mediante dibujos.
En cuanto al rol del maestro, Laura explicó que es diferente en cada momento de la interacción. Primero es la presentación del problema pertinente (una pregunta, de alguna manera hasta conflictiva, que el alumno va a tratar de resolver). Es pertinente porque cae en la vida del alumno y además no hay respuestas previstas. Luego viene el primer momento donde los alumnos reflexionan y escriben desde su experiencia aquello que creen que responde. Ahí el docente observa. En el momento grupal, al maestro organiza grupos de 3 a 7 alumnos y les pide que compartan su experiencia entre ellos y obtengan una conclusión en común. El docente se aproxima y si hay dudas a través de preguntas propicia el flujo el aprendizaje. Facilita también que los alumnos consulten fuentes diversas. Laura destacó que la interacción promueve habilidades importantes para el mundo de hoy, como ponerse de acuerdo, escuchar a todos y consensar.
A petición de Leonardo, Araceli dijo que el problema es importante porque activa el ser. “El niño va a poder tomar conciencia de todo lo que sabe con respecto a ese tema. Y a partir de ahí construirá. De ahí nos iremos a los conocimientos académicos que podemos formar… Preguntas que generan otras y a su vez mayor conocimiento y mayores respuestas. Una cadena que va construyendo el significado del mundo”.
Comentó Alejandra que sin exponer explícitamente el conocimiento que se busca, utilizan diferentes recursos que dan pié a que los niños desarrollen a partir de saberes previos, lo que ya han aprendido o escuchado en otros momentos. “No hay una sola respuesta. Hay infinidad de respuestas”.
Los estudiantes reaccionan con gusto –complementó Laura–, piden que se repita. “Es la primera vez que son capaces de corregir sin que nadie les diga nada. No hay respuestas buenas y malas en una Interacción Constructiva, no se reprueba. Es tú conocimiento para generar más”. Después de la puesta en común donde los niños presentan su hallazgos y la recapitulación en la que el profesor agrega algo que faltó, los niños ya tienen un conocimiento nuevo, adquirido al escuchar las opiniones de los demás, investigado y llegado a una conclusión. Dijo que la presentación del problema varía: se puede hacer con imágenes, con un libro, una canción, un baile o simplemente escribirlo en el pizarrón. Respecto a la duración, Laura mencionó que puede durar varios días, dependiendo del tema y edad de los alumnos. “Al tú plantear el problema pertinente ya sabes a donde quieres llegar; a lo mejor, es una manera de introducir o cerrar un tema del currículo”. Hemos ido aprendiendo al ponerlo en práctica, que tú también aprendes y que no eres el sabedor de todo, que se vale decir “no sé, vamos a investigar”.
Por su parte, Araceli agregó que el docente orienta hacia preguntas específicas hacia donde queremos llegar. “Una parte del aprendizaje es modularse… Tenemos que aprender a dejar hablar al otro”, afirmó.
Sobre si es un cambio cultural, Laura aseguró que sí, es un cambio de paradigma. Dijo que a los docentes de secundaria, profesionistas por lo general, les cuesta más trabajo dejar la palabra, mientras que los de Kínder o Primaria tienen una mayor orientación en su formación para crear estos espacios.
La afirmación de Araceli de que se le devuelve el niño la curiosidad y el gusto por aprender dio lugar a que Leonardo preguntara por la Indagación a lo que Laura respondió que el niño es por naturaleza indagador: “Cuando les das la oportunidad de decir hay una pregunta y están todas estas variables, incluyendo tu propio pensamiento, para que puedas encontrar la respuesta, los enriquece”.
Para finalizar se habló de la conformación física del aula donde el cambio de manifiesta en mobiliario que pueda desplazarse para el trabajo en equipo, cañones proyectores y tabletas y libros de consulta con la idea de proporcionarles más herramientas para que encuentren sus respuestas. Las paredes se decoran con alusión a los temas que, sin dar las respuestas, sí ofrecen un estimulo para el aprendizaje.
En las conclusiones todos los presentes estuvieron de acuerdo en invitar a los docentes a que se abran a esta nueva oportunidad.
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