Sabido es que una mala nutrición, además de ser el origen de distintos problemas de salud, afecta el desempeño escolar. En México, 34% de los niños padece de obesidad y 23% de anemia, según lo señaló la Directora del Centro de Orientación Alimentaria (COA), Julieta Ponce, durante su intervención en la pasada edición de GESS México 2016, donde propuso exponer a los niños a alimentos sanos para fortalecer su capacidad de decisión entre lo saludable y lo que no lo es.
La nutrióloga lamentó la falta de una política clara sobre nutrición escolar y consideró que las instituciones educativas son un buen lugar para la formación en este importante tema, exponiendo a los niños a alimentos sanos y dejando de verlos como consumidores.
Entre las medidas que sugirió para las escuelas están: el establecimiento de un reglamento alimentario escolar, acordado con padres y maestros; la detección y el control del riesgo alimentario; el entrenamiento de paladares, es decir, por 15 días quitar la azúcar y la sal de todas las dietas, para que al regenerarse las papilas gustativas se ofrezcan nuevos alimentos a los niños.
También propuso una declaración de escuelas libres de comida chatarra; la disponibilidad de agua potable; la difusión de recetarios colectivos, que sean fáciles de seguir en casa; así como instalar cocinas, parcelas y huertos.
Como toda educación, la nutricional también empieza en casa. Seamos ejemplo para nuestros hijos en cuanto al consumo y selección de nuestros alimentos.
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