Una pieza inusual es la que nos ofrece Pablo Doberti esta semana en su columna, donde habitualmente desenvaina la espada en contra de los sistemas educativos, sus resistencias y sus métodos anquilosados.
Hoy, la historia es distinta, Doberti habla de sí mismo, permitiéndonos un asomo a una intimidad en la que hay aspiraciones y miedos, inquietudes y urgencias, duermevelas y vigilias sin ocio.
Doberti no mira la televisión, no saluda al vecino al pasar, nunca se emborracha, se esfuerza en no mentir y se arma de valor para matar las cucarachas él mismo. Escribir es un imperativo que le representa y le cuesta. La familia –aunque no le esté–, está siempre presente como un puerto seguro al cual volverse.
El texto completo puede leerse en: http://pijamasurf.com/2015/12/el-inversor-vivir-mi-vida/